En los tiempos actuales estamos viviendo un desencanto creciente con el enfoque científico que prepondera en la medicina del mundo occidental, el cual se centra en los aspectos físicos de la naturaleza humana y ha desatendido la parte anímico espiritual donde precisamente toda persona debe encontrar el sentido último de su existencia.

A partir de un nuevo paradigma, donde lo espiritual ocupa ese centro que irradia y da significado a toda la naturaleza perceptible, es que nos hemos propuesto iniciar este trabajo terapéutico que pretende crear consciencia y responsabilidad frente a ese germen espiritual que vive y pulsa en todo ser humano. Sólo despertando esas fuerzas interiores es que se puede alcanzar una verdadera sanación. Ello implica un enfoque integral, dentro del cual toda intervención terapéutica encuentra su plena justificación si está al servicio del desarrollo de lo espiritual, sin importar la vivencia que de ello tenga cada persona.

La invitación a esta nueva forma de sanación obliga a tomar un rol activo y de responsabilidad de toda persona frente a la enfermedad y a todo lo que le acontece, lo cual comprende recorrer un camino de superación y transformación, que va a la par con el equipo de terapeutas que la acompañan.

Las fuentes que nos inspiran en este trabajo es el encuentro profundo e individual con la dimensión espiritual de la realidad, más allá de la vía de acceso por la cual cada uno de nosotros tuvo la oportunidad de seguir por su destino. Será en esa dimensión espiritual última, donde todos los seres humanos nos encontraremos finalmente como hermanos.